Neuroestimulación
La neuroestimulación es un tratamiento que administra impulsos eléctricos por medio de unos electrodos colocados en el espacio epidural, cerca de la medula espinal.
Un neuroestimulador que ya está implantado está formado por un electrodo que se encuentra en el espacio epidural y que está conectado a una batería colocada de manera interna bajo la piel del abdomen. Este electrodo envía impulsos eléctricos suaves al sistema nervioso central, que activa las neuronas inhibidoras del dolor y, por tanto, se reduce la percepción del dolor en sí misma.
El dispositivo externo permite ajustar la intensidad y la ubicación de estos impulsos eléctricos (que se perciben en forma de hormigueos) permitiendo realizar una vida completamente normal.
Para implantar este dispositivo es necesaria anestesia local y es el mismo médico el que ajustará la neuroestimulación con el programador. Este sistema, por tanto, está indicado para personas con distrofia simpática refleja, radiculopatías, neuralgias intercostales, dolores cervicogenos, miembro fantasma o aracnoiditis, entre otras patologías.
No se puede aplicar este sistema a todos los pacientes, por lo que será necesario un estudio previo exhaustivo para determinar la necesidad de la persona. Los requisitos que deben cumplir son los siguientes:
- Dolor durante al menos deis meses
- Que se trate de un dolor de características neuropáticas (pinchazos, picor, ardor...)
- Que no haya mejorado con otros tratamientos
- Que el dolor no pueda ser aliviado mediante intervención quirúrgica
- Que no tengan contraindicaciones para el implante